HISTORIA DE NUESTRO CLUB

El Club se fundó el 11 de abril de 2020, siendo su primer presidente el socio Bosco Jose Rodríguez Espino, el Club Padrino es el Club Activo 20-30 de Panamá Noreste. Durante su primer año de gestiones sucedió para la historia de la humanidad la Pandemia del 2020, a causa del Virus Covid-19, la misma fue un golpe duro a la salud mundial y también a rubros como el comercial, económico y hasta emocional en todo el mundo. 

Considerando lo anterior, el recién formado Club Activo 20-30 de Panamá Pacífico, en colaboraciones con donantes externos, muchos de ellos amigos, familiares y clientes profesionales de casi todos los socios fundadores comenzaron a darle vida a proyectos de recaudación no solo apoyo económico, sino en lo principal con alimentos. 

Aquella Pandemia del 2020, lo que nos dejó ver fueron las realidades que no podíamos ver antes de aquella desgracia, estas realidades son las grandes complicaciones para conseguir alimentos, lo débil que puede ser la estabilidad laboral cuando los grados académicos son tan bajos, el proceso desordenado adquisición de propiedades sin titulaciones, el manejo improvisado de los gobiernos nacionales y locales con Políticas Públicas no solo en Panamá, sino en todo el mundo, la pobreza extrema en su esplendor y sin una sola herramienta útil más que la salud. 

Justamente en ese momento comenzó la necesidad y la creatividad a andar, socios del Club Activo 20-30 de Panamá Pacífico, propusieron ideas novedosas, se realizaron Catas Virtuales, Competen- cias de Videojuegos, Cosechas de Huertos Sostenibles, Donaciones para Islas dentro del territorio Pacífico del país (Islas donde la ayuda del Estado era muy escasa y de difícil acceso), Donaciones de miles de Bolsas de Alimento para sobre todo niños y familiares de niños en el Área de Veracruz, Panamá, Donaciones de miles de productos lácteos, huevos, cremas, medicamentos, insumos de bioseguridad, fórmulas, pañales para recién nacidos, enviamos alimentos secos para las afectaciones climáticas durante el año 2020 en el área de Chiriqui e incluso enviamos bolsas de comida al despacho de la primera dama en turno.

Con lo anterior, también es importante resaltar que hay muchas realidades mundiales que aceptar en la vida del activismo o el voluntariado, y una que nos persigue a diario es que “La caridad no es suficiente”, el “dar sin esperar nada a cambio” se nos ha quedado chico, durante nuestro primer año un niño al que intentamos ayudar quedo a la espera de una solución económica por salud solicitada al Estado en tiempo oportuno, pero que nunca llegó, falleció y fue uno de los días más tristes para mí, a partir de ahí nos dimos cuenta durante la Pandemia que las palabras “Eficiencia y Ayuda”no son muy distintas unas con las otras, y que cuando de seres vivos se trata más bien son sinónimos. Meditamos que realizar las ayudas en alimentos no eran suficientes y nuevamente toco usar la creatividad para resolver; fuimos desde ideas como impresoras 3-D para poder hacer producciones sostenibles de mascarillas reutilizables, hasta poner latas para recolectar dinero en las cajas de los pocos lugares que podían estar abiertos, sin embargo estas solo fueron ideas. 

Gracias al liderazgo que se aprende en este tipo de Clubes Cívicos, mirando nuestro alrededor, contactando aliados en lo privado, en lo voluntario y hasta en lo administrativo pudimos resolver muchas necesidades y hoy día hablamos de varios hogares con computadoras para la educación de los más chicos, limpiezas de playas, conciencia de limpieza y reciclaje, ayudas desinteresadas a lo largo de las más de 35,000 personas que viven en Veracruz e Islas, básicamente nos hemos arropado hasta donde la manta nos permite, y a la fecha de esta publicación hemos obtenido cientos de sonrisas. 

Luego pasó lo esperado, la Pandemia comenzó a ser controlada, comenzaron las vacunas a salir a flote de los laboratorios, fuimos considerados por el Presidente de la República de Panamá en turno para colaborar con el proceso de vacunación masivo, cumplimos y colaboramos en esa misión, en este caso fue como una organización nacional, es decir, todos los Clubes Activos 20-30 a nivel nacional, donde destacamos nuestra ayuda en el área de San Miguelito. 

Tomando forma el programa de vacunación nacional y el club por primera vez tratando de tomar una forma más física que virtual, comenzamos a compartir más, comenzamos a traer nuevos socios al club, comenzamos nuevamente a sentir la fraternidad, incluimos a las damas, y es aquí donde el desarrollo del Club comenzó a ser exponencial, muchas más experiencias para nuestros perfiles públicos, muchas más ideas y manos, debates más intensos sobre posibles proyectos y colaborando con ideas sociales como “Yo te llevo Pan Pac”, idea que tomamos prestada de organizaciones cívicas nacionales e internaciones para el servicio de transporte a personas con programas de Radiología y Quimioterapia en el Hospital Oncológico de Panamá, y comenzamos nuevamente a organizar nuestras ideas para hacer de ellas realidades al servicio de la niñez y comunidad panameña. 

Al final, la aventura de fundar un club cívico, un Club Activo 20-30 en la República de Panamá, luego de 16 años de no haberse fundado uno, nos dejó regalos valiosos, como nuevos amigos, nuevos contactos, nueva familia, una pequeña sobrina para el Club que nació en la formación del Club, la pequeña Vida Palma Arrocha, aprendimos de liderazgo, de poder trabajar con todo tipo de personas y saber con cuáles no se puede contar en momentos de dificultades, nos enseñó a ser mejores ciudadanos, mejores amigos para la comunidad y mejores panameños, no cabe duda que durante este tiempo hemos visto tropiezos, pero también soluciones, puedo decir como primer líder de esta modesta y participativa organización que el trabajo apenas comienza y que “uno nunca se enaltece tanto como cuando se arrodilla para ayudar a un niño”